La noche del 8 de Enero del 79, te
perseguía la poli. No pudieron
atraparte. Se quedaron con las ganas y a
la intemperie. Habías escapado entre aullidos
de perro azul. Ese día, el sanatorio ahorró sus camas.
Recuerdo
tanto lo que dijiste … Que habías visto
a retina abierta -si es que no mentías-: A unos tipos medio extraterrestres que te
hablaban, mientras salía de las entrañas de sus cuerpos algo de jugo
multicolor. El raro líquido levitaba,
viajando coagulado y tibio hacia el sol. Decías
que era absoluta verdad.
Sabes
que todavía vivo en casa con Mamá. En la alcoba de la entrada duerme ella sin la
carta de su madre muerta. Una vez la vi amamantando a un árbol (Asimismo
le pasó al poeta Román Orozco). Mamá parecía como de otro planeta irregular. Y aunque tiene algo de memoria, ella ha cuidado y llenado esta torpe barriga.
Tu
cadáver en cambio Fausto, habita el cuarto de al lado de la cocina. A
pesar de todo, tu esqueleto es amigo mío. Pudimos hacer sopa contigo, pero el
humo distrae a tantas almas revoloteando
avisperos.
A
veces, a las 3 AM te encantaba pararme a escuchar grabaciones de algún ebrio
reverendo, que quizás eras tú. ¿Lo
recuerdas you? Golpeabas mis pequeños
pies contra las maderas del cuarto. Muchas veces, yo lograba esconderme bajo la
cama. Sonaban voces en idiomas extraños
por allá abajo, y se colaban por entre el suelo como alfombras movibles.
Cuando
ibas de paseo por las noches, recogías
personajes que reconocías como seres espaciales en aquel Dodge Dart.
¿Recuerdas
a Naca? La hermosa mujer color claro,
casi pelirroja-rosa.
Naca
siempre fue una luz bebé de Neptuno.
Aunque era una mujer envuelta en dudas y le acompañaba un aire medio
triste. Nos conocimos en el sur del país. Nos besamos nocturnos toda una noche, sin
fracasos, ni ascensor bajo una cañafístula.
Fuimos esa piel quemada y color
tierra río arriba. Al llegar al Ávila, le hablé a ella sobre el
rollo de seguir así, amándonos invisibles y sin sentido, sin alcoba. Ella irrumpió en llanto, yo hice silencio como
siempre. Tú sabes que el silencio es
importante Padre.
La
estrella verde del sur fue nuestra. El
follaje moribundo y sus senos mariposa. Te lo conté viejo, babeabas como catarata que
se enciende en lava.
Lo
mejor de su silueta era su orquídea, su inocente pubis.
La
última vez vino a dormir a casa. No ha
venido más. Se suicidó.
Eso
no lo he olvidado Papá.
Entre
mendigos y bares te lo pasabas, además
de buscar estrellarte con camiones en la vía Valencia-Maracay. Yo dormía sin dormir. Los extraterrestres no lo permitían ¿Te acuerdas de los bares, las risas, el
alcohol?
Me
dicen que todavía apareces en esquinas a las 3 AM, hablando pistoladas sin parar.
No
he dejado de amarte Fausto
no lo he hecho. PARA ESCUCHAR O DESCARGAR EL AUDIOTEXTO EN VOZ DE LA ESCRITORA Y GESTORA CULTURAL BELKIS LOVERA: https://drive.google.com/open?id=0B3b3CxI82Bf-VlFMTC1KQVB1VU0
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