martes, 23 de febrero de 2016

"El Otro yo" (Mario Benedetti)

Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la nariz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.
El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente, se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse incómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.
Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo qué hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañana siguiente se había suicidado.
Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.
Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió a la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas.
Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: «Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte y saludable».
El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Los conectores lógicos del lenguaje


Los conectores lógicos son palabras o expresiones que sirven para entrelazar las ideas en una oración. Los utilizamos cuando hablamos y cuando escribimos. Posibilitan la coherencia en la argumentación, porque ayudan a organizar las ideas en un orden lógico. Algunas conjunciones tradicionales pueden usarse como conectores lógicos. Son un medio fundamental para lograr que un texto no sea una mera acumulación de oraciones. Esto se debe a que relacionan una oración con otra, un párrafo con otro, etc.

En español hay gran variedad de conectores lógicos que varían según el tipo de relación que se pretende marcar entre las oraciones. Los principales son los siguientes:

·      Aditivos. Expresan suma de ideas.

§  Noción de suma: y, además, también, asimismo, por añadidura, igualmente.
§  Matiz intensificativo: encima, es más, más aún.
§  Grado máximo: incluso, hasta, para colmo.

·     Opositivos. Expresan diferentes relaciones de contraste entre enunciados.

§  Concesión: con todo, a pesar de todo, aun así, ahora bien, de cuaslquier modo, al mismo tiempo.
§  Restricción:  pero, sin embargo, no obstante, , en cierto modo, en cierta medida hasta cierto punto, si bien, por otra parte.
§  Exclusión:  por el contrario, en cambio.

·      Causativos-Consecutivos. Expresan relaciones de causa o consecuencia entre los enunciados.

§  Consecutivos: por tanto, por consiguiente, de ahí que, en consecuencia, así pues,  por consiguiente, por lo tanto, por eso, por lo que sigue, por esta razón, entonces, entonces resulta que, de manera que.
§  Causales: porque, pues, puesto que.
§  Comparativos. Subrayan algún tipo de semejanza entre los enunciados: del mismo modo, igualmente, análogamente, de modo similar.

·      Modales. Así, de esta manera, de este modo.

§  Secuenciales. El enunciado segundo ocurre temporalmente antes o después que el primero, o bien sirve para enlazar cronológicamente una secuencia: Antes, después, más tarde, a continuación, luego, mientras, durante.

·     Reformulativos. Indican que un enunciado posterior reproduce total o parcialmente, bajo otra forma, lo expresado en uno o más enunciados anteriores.

§  Explicación: es decir, o sea, esto es, a saber, en otras palabras.
§  Recapitulación: en resumen, en resumidas cuentas, en suma, total, en una palabra, en otras palabras, dicho de otro modo, en breve, en síntesis.
§  Ejemplificación: por ejemplo, así, así como, verbigracia, por ejemplo, particularmente, específicamente, incidentalmente, para ilustrar.
§  Corrección: mejor dicho, o sea, bueno.

·      Ordenadores. Señalan las diferentes partes del texto.


§  Comienzo de discurso: bueno, bien (en un registro coloquial): ante todo, para comenzar, primeramente (en un registro más formal)

Primeras letras (Eduardo Galeano)

De los topos, aprendimos a hacer túneles.
De los castores, aprendimos a hacer diques.
De los pájaros, aprendimos a hacer casas. 
De las arañas, aprendimos a tejer.
Del tronco que rodaba cuesta abajo, aprendimos la rueda.
Del tronco que flotaba a la deriva, aprendimos la nave. 
Del viento, aprendimos la vela.
¿Quién nos habrá enseñado las malas mañas? 
¿De quién aprendimos a atormentar al prójimo y a humillar al mundo?